Thursday, October 13, 2011

Dibujar al aire libre es rico.



















Comenzamos las salidas a terreno con los cursos de dibujo/diseño en la UNIACC. Me encanta sacar a mis alumnos a dibujar al aire libre, nuestros lugares predilectos son: Parque de las esculturas, Parque forestal, Mirador cumbre del cerro San Cristóbal, Museo Ferroviario, Quinta Normal. También hemos ido al Parque Japonés, al Mercado, y cuando llueve a los museos (MNBA, MAVI o MAC). Mi maestro de la Universidad de Chile César Osorio nos llevaba a dibujar al zoológico, a la sala de ensayo del ballet del teatro municipal, a la terraza del casino de Compañía, al Mercado central y hasta a la playa, entre medio de las rocas con acuarelas y óleos bien hippies. Mis mejores recuerdos son los ensayos del ballet. Había una alumna de César que era bailarina, más bien su mamá era maestra de ballet y ella le daba el pase a César para llevarnos. Era alucinante porque las bailarinas eran tan flacas tan falcas que nosotras con mis amigas les preguntábamos qué comían para estar así. Nos decían: un yogurt, un quesillo y una manzana. los ensayos eran como sagrados, todos callados y esos cuerpos huesudos moviéndose como de mentira, con una gracia que a veces lográba plasmar en los dibujos, porque tenían que ser muy rápidos y recuerdo que siempre quedaba en la mitad. Y en el zoológico pintando a la Fresia porque era el animal que estaba más quieto, claro que yo con mis amigos nos fumábamos unos pitos escondidos entre los árboles y dibujábamos cualquier cosa. Nunca me resultó dibujar volada, a mí por lo menos. Tengo puros buenos recuerdos de esas salidas a pintar fuera. Por eso lo incluyo en mis clases. Es relajante, es romántico y es hippie. Dibujar al aire libre en primavera hace bien.

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